lunes, 15 de enero de 2007

Que hace una chica como tu en un sitio como este

O lo que es lo mismo, como puñetas un tipo como yo, delgado, aparentemente frágil y aficionado a los libros y los ordenadores, ha acabado conduciendo un camión. Pasando frió en lo alto de un monte esperando a ver si saltaban o no unos paracaidistas en mi etapa de uniforme, descargando palets que pesan entre diez y veinte veces lo que yo o llevando por el aire piezas mucho mas pesadas con una grúa. Prácticamente todo el mundo que me conoce comenta "No tienes pinta de camionero". Así que... ¿Como he llegado hasta aquí?
Ser camionero tiene muchas ventajas, para empezar es un trabajo en el cual te pagan por alejarte de tu jefe, los jefes tienden a ser mejores cuanto mas lejos los tengas y, si tiene el día malo, siempre puedes "quedarte sin cobertura" (creo que la tecla mas útil de un móvil es la de apagado). También te aleja de las oficinas, las oficinas siempre me han horripilado, estar encerrado en un espacio minúsculo con un montón de personas agobiadas, de mal humor y con ganas de hacerte pagar su cabreo no es mi idea de un entorno de trabajo agradable. Y de los clientes, cuando llevas un camión a los clientes los ves un rato y además en tus propios términos... si quieren sonrisas y palabras amables que hablen con el comercial, yo cargo y descargo y si no lo quieren así, pues me lo llevo y a otra cosa. En definitiva me aleja de lo peor (para mi) de cualquier trabajo.
Además es un trabajo en el que puedo dedicar mi mente a pensar en mis cosas. El camión es un espacio cerrado y aislado, puedo poner mi música y dejar la mente libre... Y cuando termino aparco y me voy a casa, y el trabajo se queda allí, aparcado.
En definitiva, pienso que fue una elección afortunada, sobre todo si tenemos en cuenta que la elegí con apenas dieciocho años. Un trabajo que me permite vivir tranquilo... aunque a veces pase frió o me duela la espalda.

1 comentario:

BarakKhazad dijo...

La verdad, es curioso cómo la gente acaba haciendo cosas que "no le pegan", o que no son lo que se esperaba de ellos, o que ellos mismos no las esperaban...
A diario... licenciados en historia revisores de renfe, ingenieros de teleco intérpretes en bancos, incluso conocí un aeronáutico que fabricaba cacerolas...
Pero como tú bien dices, se trata de la ELECCIÓN que uno hace, en base a criterios aprendidos con el tiempo, lo que distingue si un trabajo nos va a hacer felices o no. Es difícil acertar a la primera, desde luego. Sobre todo, si la "primera" es a los 18 años...
¿Qué clase de aventura (ha!) has venido a buscar?